Las hermanas Mitford




El único libro sobre las hermanas Mitford es el escrito por Annick Le Floc’hunoan. En la solapa del libro, el único dato que se da de la autora es que “es una conocida colaboradora de la revista Elle”. Ciertamente el dato es interesante porque el libro resulta una extensión de la frivolidad de ciertas revistas femeninas. El libro contiene numerosos errores. 


En el verano de 1933 dos de las hermanas Mitford, Diana y Unity viajan a Alemania. La autora justifica este viaje en base a que la subida al poder de Hitler supuso un alivio para Inglaterra: “por fin hay algo de orden en Europa… El anticomunismo del dirigente nazi, tan virulento como su antisemitismo, tranquiliza a los nobles que, desde 1917, tienen miedo.” A continuación Annick (debido al engorroso apellido de la autora, la mencionaré como “Annick”) comete un error, al afirmar que Hitler, una vez en el poder ha enviado a varios miles de comunistas al campo de concentración de Auschwitz. 



El primer nexo entre las hermanas Mitford y Hitler fue Putzi Hanfstaengl. El colaborador de Hitler le dice a Diana que si va a Múnich le presentará a Hitler.. Se instalan en Múnich y Putzi les consigue pases para el Parteitag de Nuremberg, donde las recibe en la estación. Las hermanas se emocionan al ver la ciudad engalanada de banderas. Quedan deslumbradas por los desfiles y se emocionan al contemplar a Hitler en uno de sus famosos discursos, a pesar de que no entienden el alemán. 



Unity, sin embargo, quiere conocer a Hitler y se impacienta. Putzi se excusa diciendo que el Führer siempre está ocupado pero les da un consejo: “Dejen de pintarse los labios con carmín: El Führer lo detesta.” El consejo, por supuesto, no es aprobado por Unity, que sigue utilizando su maquillaje. Unity se pasa las tardes en la Osteria Bavaria junto a su hermana. Conoce a cada uno de los clientes habituales y se emociona cuando oye el motor del Mercedes que anuncia la llegada de Hitler. Una de las camareras se acerca a Unity y le dice que Hitler ha preguntado por ella. “Pero la curiosidad de Hitler no va más allá.”




A principios de febrero de 1935 Unity escribe a su hermana Diana:


“¡Reúnete conmigo en Munich enseguida! Así también conocerás al Führer. Acabo de vivir el día más hermoso, más maravilloso de mi vida. A eso de las tres, cuando estaba acabando de comer, llegó el Führer y se sentó a su mesa habitual, acompañado de dos hombres… Diez minutos después, el dueño del mesón se acercó a mí y me dijo: ‘El Führer quiere hablar con usted.’ Fui hacia él, se levantó, me estrechó la mano, me presentó a los otros y me pidió que me sentara con ellos.”


He comprobado la veracidad de la cita con el libro Das Itinerar y, efectivamente, Hitler se encontraba en Munich  el 9 de febrero de 1935. El mismo autor, Harald Sandner, da fe del encuentro. 




El motivo de que Hitler frecuentara a las hermanas Mitford, además de la belleza y simpatía que transmitían, era que el Führer supo que el padre ocupaba un escaño en la Cámara de los Lores y que Diana era adepta a los fascistas ingleses. Además, Hitler supo que el abuelo, Lord Redesdale, era amigo íntimo de Houston Stewart Chamberlain. Esa conexión con la familia Wagner tranquilizó al Führer. 




Desde el primer encuentro con Hitler, Unity rodea con un círculo rojo en su agenda cada encuentro con el Führer. Ciento cuarenta marcas aparecerán en su agenda hasta 1939. Casi toda la familia Mitford acude a Alemania y es agasajada por Hitler, “a quienes el Führer trata con el mayor miramiento y los pasea en un gran Mercedes con chófer, se dejan, finalmente engatusar.” Unity hace amistad con Julius Streicher y sale en la prensa británica con grandes titulares. La autora Annick da fe, sin embargo, de que ya en 1935 “un genocidio está en marcha, y Unity está participando en sus prolegómenos.” El comentario es absurdo e innecesario. 


Diana se enamora de Mosley, el líder de los fascistas británicos y desea que éste conozca a Hitler, a pesar de que Mosley ya estuvo con el Führer en abril de 1935. Terminan casándose en casa de los Goebbels siendo testigos Unity y Magda Goebbels. Hitler también asistió al enlace y les regaló una gran fotografía suya con un marco plateado, adornado con la figura del águila bicéfala y sus iniciales. Diana apreció mucho el regalo, que presidirá sus salones hasta mediados de los años cincuenta. 


Su hermana Unity también posee un gran retrato de Hitler que lleva a todas partes. Tan segura se siente con el retrato que una noche de tormenta, en Hungría, le preguntan si tiene miedo: “Oh, no, agarré la foto de Hitler y la estreché contra mí: entonces me sentí segura.”En 1938, en la ciudad de Carlsbad (actual Karlovy Vary) le confiscan el retrato de Hitler, una insignia, banderas y una cámara fotográfica, también obsequio de Hitler. Al regresar a Alemania Hitler le regaló otra insignia y otra cámara de fotos. 


Unity era habitual del Festival de Bayreuth. En 1938 enfermó allí de una pulmonía. Tras ser ingresada urgentemente en una clínica privada, Hitler envió a su médico, el doctor Morrell. Tras varios días con fiebre, Unity se recuperó. Cuando la familia quiso pagar la factura de la clínica, Hitler les dice que no se preocupen, que está todo arreglado. Pero la familia insistió tanto que acabaron por pagar los gastos. 


En 1939 Unity volvió a Múnich para instalarse allí definitivamente. Se instaló en la tercera y última planta de una casa situada en la calle Agnesstrasse. Hitler le regaló los muebles del salón. El 8 de agosto, día en que cumple 25 años, Unity se instaló en su nuevo piso. En su cama colocó dos banderas nacionalsocialistas y en mesilla de noche, el retrato de Hitler. 


El 1 de septiembre de 1939 Unity está a punto de ir de compras cuando se entera de que Alemania ha iniciado la invasión de Polonia. El día 2 escribe una carta a su hermana Diana:


“Intenté telefonearte ayer por la noche, pero ya era tarde: a esa horas, ya no están autorizadas las llamadas a Inglaterra… Me temo que ya no volveré a ver al Führer. Hardy, si me sucediera algo y la prensa inglesa publicara artículos falaces contra Wolf, cuida, sobre todo, de que la verdad salga a la luz.”


El día 3 el cónsul inglés en Múnich llama a Unity. Recibe un telegrama y el cónsul le advierte de que la guerra va a comenzar. El telegrama es de sus padres. Unity rompe a llorar. Unity les responde:


“Mis queridos Muv y Farve:


Estoy en el consulado, donde he recibido vuestros telegramas y me he enterado de que la guerra ha estallado. Os escribo esta carta para despedirme de vosotros. El cónsul va a tener la gentileza de llevarla a Inglaterra y hacer que os la entreguen. Os envío todo mi amor, y en especial a mi Boud: escribidle. Tal vez, cuando termine la guerra, todo el mundo sea amigo de nuevo, y la amistad entre Inglaterra y Alemania, que tanto hemos anhelado, renazca. Espero que volváis a ver al Führer cuando todo esto acabe. Con todo mi amor y mis mejores deseos, Bobo.”


Unity escribe muchas cartas, incluida una a Hitler. Saca de un cajón un pequeño revólver y baja a la calle y sube a su coche. Se detiene en el Ministerio del Interior y sube al despacho del Gauleiter Wagner y le entrega las cartas. Regresa a su coche y arranca a toda velocidad. Varias horas después la policía descubre el cuerpo de la joven. La sangre corre por el suelo. Unity se ha disparado en la sien derecha. 


El Gauleiter Wagner cuando abre el sobre encuentra una nota para él, un retrato del Führer, una insignia del partido y la carta para Hitler. Explica que no puede soportar la idea de que Alemania e Inglaterra estén en guerra y que va a poner fin a su vida. 


Unity está en coma, pero vive. Hitler, que se encuentra en Berlín, recibe la noticia. Rápidamente le dice a su ordenanza que haga saber a los responsables de la clínica que él mismo se hará cargo de todos los gastos. Da también orden de que varias enfermeras se releven, día y noche al pie de la cama de Unity. Al cabo de una semana, Unity se despierta y empieza a hablar. Pero dice incoherencias. 


El 8 de noviembre Hitler visita a Unity. En el libro de Annick dice que ésta fue la segunda visita que el Führer hizo a Unity. Menciona otra el día 10 de septiembre. Sin embargo, consultado el libro Das Itinerar, Hitler ese día estaba en Polonia. Unity está pálida e inmóvil. Están a solas un cuarto de hora. Hitler afirma que Unity se expresa con coherencia. Unity le ha expresado su deseo de regresar a Inglaterra y el Führer desea cumplir sus deseos. El viaje de regreso a Inglaterra se hará desde Suiza. 



Ya en Inglaterra los médicos deciden que no se puede operar, así que Unity sigue teniendo la bala alojada en la base del cráneo. No puede comer sola. A veces sale a la calle. Falleció el 28 de mayo de 1948 a causa de un absceso en el cerebro. Tenía treinta y tres años. En su tumba su madre mandó grabar estas palabras: “Say not the struggle naught avail” (No digas que la lucha fue inútil). 

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